jueves, 28 de enero de 2010

Amago de peces




Para que permanecieras alambré el corazón.  El cuerpo subió el puente a lo que invade. Presencia de lo imposible ante el desgarro como un tapón. Uno no puede como ciervo asustado hacer lecho y pan.  El sangrar quedó lejos, otra cosa.   Todo gira vertiginoso, conmigo va la luna y el desierto es siembra. 

Lavaré bien tu ropa y no sabrán tu tristeza.  Al cielo le dará por regar flores.


5 comentarios:

Ruth dijo...

我很想念你 (wǒ hěng xiǎng niàn nǐ)

dos besos!!

Ruth dijo...

tremendo...


a la tierra le dara por obsequiarte girasoles!

Unknown dijo...

Bellisima la pag.

GEORGIA dijo...

Lavaré bien tu ropa y no sabrán tu tristeza. Al cielo le dará por regar flores

Estas imagenes son tan hermosas, que no puedo dejar de leer...un abrazo; excelente poema

te abrazo

Clarice Baricco dijo...

Me han gustado los poemas, y este en especial.

Abrazos.

Graciela

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